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La “comunicabilidad†del material educativo intercultural
textos educativos, y se asume que la valÃa del autor y de su poesÃa quedan
de manifiesto con solo editarlos.
Los textos informativos o de consulta
Según Carbone (2003), los textos informativos son los más antiguos de
todos los textos escolares. Los primeros adquirieron su nombre acorde
con el contenido de sus páginas, como la gramática o el silabario. No es
el caso de los textos editados por las instancias oficiales para la educación
intercultural, pero sà poseen sus mismas caracterÃsticas: son textos espe-
cializados en una disciplina, cuyo modo de exposición permite un uso
generalizado y permanente, sea escolar o no.
Una de las particularidades de los textos informativos o de consul-
ta es que su estilo de redacción declarativo impide al lector cuestionar
cualquier contenido; además, su carácter de texto especializado le otorga
validez a lo dicho ahÃ. La información plasmada en el texto se convierte
en el eje del diseño editorial; la accesibilidad y practicidad imperan.
El texto informativo aparece solo como datos para ser interpretados
o utilizados libremente. En este sentido, en los objetivos del usuario recae
la utilidad real de libro. Por ello, el usuario se encuentra ante una inme-
jorable posición respecto del texto. A diferencia de los otros dos tipos de
libros escolares, uno que solo le daba la libertad de leer o no, y otro que lo
disciplinaba y constreñÃa en todo, los libros informativos permiten que sea
el usuario el que determine el fin último del contenido del texto. No solo
puede decidir si leerlo o no, sino cuándo hacerlo y para qué, además de si
utiliza o no la información ahà contenida.
Esta máxima libertad permite al usuario posicionarse crÃticamente
ante el texto. La única constricción que se le presenta es que la informa-
ción aparece como irremediablemente cierta e inapelable, pero, en todo
caso, el usuario tiene la libertad de hacer con ella lo que decida. No pasa
asà con los otros dos textos.
De nuevo, resulta indispensable entender que el objeto de enseñan-
za debe corresponder al modo de enseñanza. Sin esta reflexión sobre la
relación entre discurso y género textual, todo objetivo educativo resulta
inútil. Porque, por ejemplo, ¿es posible, en la educación intercultural, ense-
ñar verdades absolutas? ¿Se necesita disciplinar al sujeto, proponerle mo-
delos de vida u ofrecerle herramientas para su aprendizaje? ¿Cómo serÃa
la disciplina intercultural alternativa? Forzosamente, la disciplina implica